Dos años después del caso de los chicos asesinados, la semielfa Oona se enfrenta a un nuevo reto: esconder un tesoro.
Todos los guardias de Portosal lo están buscando, por lo que Oona tiene que recurrir a viejos contactos que preferiría mantener en el pasado.
Sería más fácil si al menos supiera quién le ha enviado el tesoro… y con qué intenciones.