Está lloviendo y hoy nadie va a salir al campo a coger aceitunas. Es el momento perfecto para intentar colarse en la vieja ermita, esa a la que sus madres les han prohibido que se acerquen. Ya puestos, también pueden fumarse un cigarro, no hay nadie cerca para regañarles. Por desgracias eso significa que, cuando las cosas se tuercen, tampoco hay nadie para ayudarles.