Los niños de la casa grande han desaparecido, todos los andan buscando por los olivares.
Lucía recibe un recado para a su padre y no se lo da, lo que provoca terribles consecuencias.
Una noche con la tita se convierte en una pesadilla debido al frío, el pan duro y eso que se oculta entre las sombras del piso de arriba.
Los lirios de la abuela son su mayor orgullo, por eso los lleva a la iglesia, a los pies del Cristo yacente en su urna de cristal.
Está lloviendo y nadie va a salir al campo: es el momento perfecto para colarse en la vieja ermita, la misma que está prohibido visitar.
Cinco relatos ambientados en la Andalucía rural de los ochenta, protagonizados por niños y de un realismo áspero, desasosegante.