El Imperio Romano continúa marcando un hito en el imaginario de la cultura occidental, y ciertamente en nuestro actual mundo globalizado, trasciende las fronteras de la misma. Se encuadra aún en el ideario general como un estado grabado por la crueldad y ambición de sus emperadores y generales, pero indudablemente, como emblema de una organización y administración eficientes. El cine y la literatura no dejan de rendirle homenaje y he allí tenemos a historias y personajes recargados de un tinte legendario: las conquistas de Julio César, la invasión de Aníbal con sus elefantes, el romance entre Marco Antonio y Cleopatra, las atrocidades de Calígula y Nerón, la rebelión de Espartaco, las legiones marchando por todos los rincones de Europa y las costas del Mediterráneo.
Sin embargo, los orígenes de la grandeza de Roma son habitualmente poco conocidos, más allá de los círculos académicos. Disponemos del cuadro tradicional de un Eneas huyendo de Troya rumbo a Italia, Rómulo y Remo amamantados por una loba, Lucrecia siendo abusada por el hijo de un tirano y una Roma primitiva siendo conquistada por unos galos aún más primitivos. Siempre la leyenda por encima de la realidad, y la verdad es que no tendría por qué ser diferente, considerando el carácter cuasi legendario de las fuentes literarias tradicionales al referirse a los orígenes de la ciudad.
Por ello, dilucidar el nacimiento de Roma representa un arduo trabajo de contraste de aquellos clásicos relatos con otro tipo de fuentes de tipo anticuario, a las que se suman las tradiciones orales y la arqueología. En suma, se trata de un proceso aún no concluido –y que quizás nunca concluya-, pero que este libro pretende sistematizar con un aporte propio del autor, no solo con la finalidad de dar a conocer en un sentido más profundo en integral en Latinoamérica aquella misteriosa y nebulosa época primigenia de la Ciudad Eterna, sino también para permitirnos en estos difíciles tiempos –como latinoamericanos que somos- comprender una realidad que, en buena parte, deriva de las instituciones y valores que tanto debemos al mundo clásico.