Bajo el lema que da nombre a este cuento de Gutiérrez Gamero se encuentra Don León Hernampérez, siempre alentando con su fe la insurrección contra el gobierno vigente. Su monomanía revolucionaria sólo puede equiparse con la atracción que ejercen sobre él las mujeres y, de la conjunción de ambas pasiones, trata la confesión en que consiste el manuscrito que el narrador nos ofrece.