Este cuento de talante satírico parte del concepto de la moda y, concretamente, de la costumbre del veraneo, para centrarse en el caso concreto de la familia formada por don Gumersindo, doña Concepción y su hijo Angelito, representantes de la clase media baja que ahorra laboriosamente durante catorce o dieciséis años para poder satisfacer la vanidad de presumir, aunque solo sea por una vez en su vida, de que han pasado uno o dos meses de verano en un balneario de la costa cantábrica o mediterránea. Decididos a pasar el mes de julio en San Sebastián, uno piensa en hacer buenos contactos, otra en desmayarse cerca de algún apuesto marinero, el tercero en dar un buen braguetazo con la hija de un ministro o un banquero... Eso sí, a ninguno de ellos se le ocurre pensar que algo pueda ir mal.