El sueño de Dioscoro, marcado por la idea de un diputado por cada clase de hombre, nos trae la historia del empresario advenedizo y avaricioso Cheminique. A través de su figura y la de todos cuantos le rodean nos quedamos con la impresión de que, efectivamente, hay un acta de diputado para cada clase de humano: políticos corruptos y orates para orates y corruptos ciudadanos.