José Luis, hombre sevillano con un negocio ferretero consolidado y varias fincas en posesión, tomó por esposa a una joven cordobesa llamada Camila. De ella estaba tiernamente enamorado y, desde su enlace, escarabajeábale el deseo de dejar el comercio e ingerirse en otra esfera social. Sin embargo, se contuvo. Procuraba satisfacer todos los gustos de su esposa, que no era exigente, aunque sin conseguir dejarla embarazada en los dos primeros años de matrimonio. José Luis, siendo sumamente celoso y arrebatado de genio, al no deslizarse Camila en lo más mínimo, dejaba dormir en él sus violentas pasiones. Así pasaba la vida hasta que un día aparece en su negocio Enrique, un viejo compañero del colegio francés que tornaba a Sevilla como indiano fracasado. Muerto de celos, acaba por pagarle su viaje de vuelta a América y así alejarlo de su mujer, que por fin da a luz un hijo. Desde entonces su vida consiste en luchar contra la sospecha, frustrando su liberación la más inesperada casualidad.