El maestro triste es el hazme reír del pueblo bajo de Madrid. A sus cincuenta años, sin atisbo de gran inteligencia en su cabeza y pensionado por un grande de España desde la infancia, es abonado perpetuo al rancho conventual que reparte diariamente la Escuela Pía de la calle de Hortaleza. Aunque de fondo bondadoso y dulce, tiene un exterior uraño y receloso que le lleva de casa en casa en busca de un ansiado silencio que no encuentra. Andando como las sombras, carece tanto de vicios como de virtudes y tropieza en las denominadas dos esquinas de la vejez: la miseria y la tristeza. La historia de su vida, aquí relatada, cuenta las vicisitudes de su único amor con una alcohólica inglesa y de sus dos solas afecciones.