Un hombre se repone de un repentina cefalalgia en el piso superior de una tienda de juguetes. Ahí, olvidado por un momento de sus preocupaciones adultas, se dedica a observar las delicias infantiles que le rodean. Entre todos los juguetes hay uno que llama poderosamente su atención por la antipatía que en él despierta. Se trata de un muñeco parecido a los señoritos de la sociedad, con un bastón y un ramo de flores en sus manos. Al apretar un botón, el muñeco dice con voz de polichinela una ridícula frase de presentación. A partir de él, se reconstruye su historia, que esconde la de una familia trabajadora y bondadosa donde ocupa especial posición un joven de talento a quien no se brinda una primera oportunidad en el mundo laboral.