A la salida del pueblo se encuentra, al pie de una montaña, la fuente del lugar. Este es el lugar donde mozas y viejas aprovechan el tiempo que tardan sus cántaros en llenarse para pasar revista a lo que ocurre y no ocurre en la comarca. Una primavera, una de ellas suelta la nueva de que la joven María, hija del campanero, se ha enamorado de Luzbel, un bandolero de la zona. El nuevo rumor es cierto, pues tras un encuentro fortuito en la iglesia, ambos quedaron prendados de sí. De esta manera lo recuerdan junto a la enrejada ventana, incapaces de renunciar a su vida para seguir la del otro, sumidos en honda pena por ello. Esa misma noche el joven Luzbel es apresado por la Guardia Civil y condenado a muerte. La redención por amor es ya imposible, pero siempre les quedará a los enamorados una última vía para unirse.