Es el año 1880 y el diablo se encuentra plácidamente en Barcelona cuando ve pasar a una señora acompañada de un criado. Entonces supone que tiene trabajo que hacer y la sigue hasta el momento en que esta entra en la iglesia de Santa Mónica. Transfigurado en la forma de un perro, se adentra también en el templo para tentar con el mal a la buena mujer, pero un monaguillo lo coge y sumerge en agua bendita antes de dejarlo en la calle. Este simple acto hace que el diablo deba volver al infierno completamente escaldado y leproso. Tras una terrible baja de cinco meses, decide vengarse de la mujer y el monaguillo, aventura que le llevará a surcar todos los mares del globo para darles escarmiento. No obstante, esta ha de ser la última encarnación de Satanás.