Trayecto Calatayud-Zaragoza. En un vagón de tercera todos los asientos van ocupados salvo uno, que porta un cesto de melocotones. En la siguiente estación sube un individuo que se encara con uno de los baturros para que quite el cesto y se pueda sentar. Ni él, ni el revisor, ni el jefe de estación, ni la pareja de guardias civiles consiguen sacarle de su tozudez... Él buena razón tiene.