La historia de amor romántico de Gallardía y Cristóforo se basa en el más alto ideal de la pureza, descendiente directo del arte de la música que él tañe con su Stradivarius. Una partitura escogida al azar, titulada Ayer. Hoy..., les lleva a corroborar sus exaltados y castos sentimientos. Su reencuentro veinte años después, a la luz de la experiencia de la realidad y sus circunstancias, da pie a una nueva interpretación de la misma pieza por parte de los viejos amantes.