La historia de Pedro y José es la de dos matrimonios. Cada uno de ellos viene a apoyar la misma tesis: que la mujer hace al marido. José, carpintero, disfruta de una vida apacible en su hogar, junto a la hacendosa Paca. Ambos se cuidan y respetan, corrigiéndose de este modo Pedro, pues antes era proclive a la bebida y la noche. Por su parte, Pedro vive en su casa un auténtico infierno. El maltrato y la inquina son constantes por parte de Blasa, que acaba exasperándolo. De este modo, José se desvía de su talante bondadoso y recto para acabar prisionero del vicio y todas las desgracias que con él vienen. Parece ser que la única solución posible consiste en marchar como voluntario militar a Cuba.