El protagonista de este brevísimo relato, cansado de los plantones de sus amigos cuando los invita a su casita de campo de Leganés, opta por invitar a su primo de tal manera que éste no se puede negar. Para tal ocasión, manda preparar una frugal comida, suficiente para los dos. El invitado, como suele ocurrir aún a día de hoy, tiene el detalle de traer el postre. Sin embargo, esto no será suficiente...