Entre la ficción fantástica y la ciencia ficción, los diez relatos compilados por Poldark Mego para «Visiones del Bicentenario» no es un homenaje al Perú por los doscientos años de su Independencia, sino una reflexión más allá de ser libre, estar emancipado y hallarse dispuesto a construir un espacio de felicidad. La mayoría de los relatos (distópicos y contrafácticos) nos hablan de un futuro que se funde con muchas taras del pasado.
Así, pues, empezaremos con un ser imperecedero que observa el auge y caída de los imperios previos al Virreinato y la República con una potente reflexión, historia escrita por Rocío Uchofen. Después nos toparemos con una denuncia sobre el maltrato a minorías expuesto por Tanya Tynjälä desde la voz de un ser eterno. De la mano de Miguel Ángel Vallejo llega un viaje en el tiempo y el espacio, una misión, un fin inalterable. Lamentos atemporales desde el Presbítero Maestro, con una prosa muy cuidada, gracias a Raúl Quiroz. Una visión lisérgica sobre lo que ocurre debajo del Ministerio Público gracias a Rocío Qespi. Daniel Salvo plantea una historia que habla de la indiferencia y como quizás el país hubiera sido otro. Una terrible realidad sobre el abuso doméstico y las apariencias con la pluma de Sandra Ramírez. José Güich da cuenta de una civilización que se negó al dominio y sobrevivió en el subsuelo desatando todo tipo de mitos. Carlos Echevarría propone un Tricentenario sombrío por las terribles consecuencias del cambio climático. Y finalizamos con una oscura historia sobre la reforma agraria y lo que hará un hacendado para evitarla, bajo la mano de Mariangela Ugarelli.
Los temas planteados en esta selección temática abarcan pendientes que el Perú tiene con el pueblo. Pero recordemos que el país se hace gracias a las personas, sin los ciudadanos no existe la nación.