Desenlace de las andanzas de los aventureros hermanos Nayter y compañía. Como queda relatado en la primera parte de esta historia —De camino a Malenvolía—, Bill Nayter, a raíz de una mala caída, queda con un pie escayolado, lo que obliga a sus colegas a cargar con él, ralentizando así la marcha hacia la fábrica de cañones abandonada llamada Malenvolía. El malvado brujo Poderoso Ganster obstaculizará su camino (¡como si no lo hubiera hecho hasta ahora!) todo lo que le sea posible, pero está apañado si cree que con eso hará desistir a los tres hermanitos en el empeño de derrotarlo en su propio juego y de volver a casa sanos y salvos. Las sorpresas están garantizadas: volverán a verse las caras con antiguos y temibles adversarios; tocarán el cielo sin proponérselo; comprobarán que las bicicletas pueden llegar a ser bendecidas por mano santa y las alfombras, en cambio, adoradas por el averno; ¡habrá ocasión, incluso, de recibir dos besos de recompensa de una princesa para solucionar cierto problema con el tiempo suspendido!