Oficiando como hilo conductor una línea de tiempo, Hugo Peralta propone una relación evolutiva según el transcurso de los años. El pasado cobra vida y la soledad amenaza ante las inseguridades del adolescente, desarrollándose en el hombre común abogando por la paz como anhelo y la interpelación a la guerra. Los sentimientos florecen como la naturaleza en la primavera y dan frutos como las hojas en el otoño, su poesía no está exenta de amores y desamores, ni de sueños y olvidos sin dejar de lado la figura de la divinidad omnipresente ni la contingencia de la finitud de la vida. “De Ayer a Hoy” es también un imaginativo viaje a través de bosques de colores con destino a la introspección, nada más ni nada menos que a la intimidad del hombre en sí mismo.