Desde la magnífica portada, hasta la historia que hallaremos en su interior (un relato que se lee volando), la intención del autor es homenajear al pulp de heroínas vigilantes de los años 30 y 40, ¡y lo consigue con creces! Si en Leyendas del Colt mezclaba el weird con el western (pasando por el spaghetti western en sus primeras publicaciones, decantándose luego hacia la épica panorámica de Ford y Hawks), aquí son los callejones sórdidos de Capitol City, repletos de gánsteres y agentes del entonces naciente Tercer Reich, con su superciencia imposible. Puro pulp, pura aventura, 100% recomendable (mención aparte a las rupturas de la cuarta pared, que me provocaron más de una sonrisa).