Isabel Pedrero consigue hacer que nos adentremos desde el primer momento en un ambiente del salvaje oeste. Gracias a su prosa he podido ver, oler y sentir con todo detalle los espacios que aparecen en el texto.
Donde al principio parece plantearse un problema aparentemente simple, la autora nos lleva por un camino de apariencias e incertidumbres que nos generan numerosas intrigas a medida que vamos leyendo.
Lo recomiendo completamente. Se lee muy rápido y te deja con ganas de más.