A veces nos centramos en el contenido de un muy buen libro como éste y dejamos de lado a la persona que ha sido su artífice, su demiurgo. En este caso, hay que alabar el trabajo del escrito y recientemente editor gaditano Israel Alonso, que ha sabido orquestar esta dignísima antología que combina relatos e ilustraciones. Enhorabuena nuevamente.