Una novela para leer con palomitas.
Lo leí cuando salió del horno de un NaNoWriMo y se llamaba Londres XIX. Luego en su edición física con este título que siempre me ha recordado a 'Lock, stock and two smoking barrels'. Ha pasado por mi...
Lo leí cuando salió del horno de un NaNoWriMo y se llamaba Londres XIX. Luego en su edición física con este título que siempre me ha recordado a 'Lock, stock and two smoking barrels'. Ha pasado por mis manos una tercera vez, revisada y lista para una reedición digital. Ya es como de la familia. :)
La trama:
Si te gustan los 'retellings' y las historias de personajes cruzados, intereses encontrados y un poco de locura aquí y allá, no te va a defraudar. Al autor se le da condenadamente bien coger un montón de personajes para después agitar y servir. La acción se desarrolla en el Londres de Sherlock Holmes, Sweeney Todd y Jack el destripador. Lo que ocurre es que ninguno es lo que se espera que sea, así que no es en realidad ESE Londres. Es un Londres de un plano paralelo en el que Sherlock es el mejor asesino de Europa y trabaja para su hermano Mycroft enfrentándose a la Scotland Gang de Lestrade. En este Londres es Moriarty quien dirige las fuerzas de la ley y la capaz Irene Adler es una investigadora poco corriente. Es una ciudad muy grande, así que hay cabida para un famoso ladrón francés y su némesis o unos pistoleros americanos.
De hecho, todo da comienzo cuando este ladrón decide probar suerte y robar al asesino más peligroso. Ahí comenzarán a girar unos engranajes bien engrasados en los que se entrecruzan las búsquedas de un par de objetos, asesinatos de prostitutas, guerra de bandas y apariciones estelares de un misterioso justiciero. No quiero decir más. Acción y suspense garantizados.
Los personajes:
Sumado a ese entramado y los personajes maravillosamente transformados, tengo que hacer hincapié en un aspecto: los diálogos. Cuando leo a Iván Caballero Marjalizo hay veces que me parece estar leyendo el guion de una película donde Guy Ritchie se encarga del argumento y Tarantino de los diálogos. Y hay personajes que son especialmente apropiados para ello. En esta novela, Jesse James y Bob Ford son dos personajes con una química brutal, ofreciendo las partes más hilarantes y molonas. Tienen ese aire de dúo cómico y equipo de armas que encajan maravillosamente. Tienen situaciones y diálogos de levantarte de la silla y aplaudir. Los amo. Lo mejor para mí.
Todos los personajes están bien desarrollados. Sobre todo me parece fácil congeniar con Irene, la más cercana. Su interacción con los niños nos muestra los aspectos más humanos de la novela. Tiene también grandes diálogos y una personalidad encantadora.
Como amante de Sherlock y Lupin echaba en falta más protagonismo al principio, pero esta historia no trata de ellos. El primero ya ha chupado demasiada cámara y el segundo... Bueno, me resulta algo confuso porque tenemos a Arsene Lupin como prefecto de la Policía de París y Auguste Dupin hace de ladrón, así que a veces se me da la vuelta el cerebro.
Estilo:
Otra de las virtudes que admiro del autor es su capacidad de hacer fácil algo tan complejo como escribir con ingenio sin enredar. Obligar al lector a realizar flexiones mentales para entender un comentario agudo no es precisamente una muestra de agudeza. Iván tiene un estilo depurado que resulta agradable para el lector, directo y con los adornos justos, como metáforas y juegos de lenguaje divertidos que la convierten, en resumen, en una novela de lo más entretenida. Una novela para leer con palomitas.
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