Esta novela impresa se publicó originalmente el 20/02/2018 en un solo volumen de más de ochocientas páginas. En una segunda edicion de febrero de 2019, por motivos editoriales se dividió en dos tomos subtitulados: Tomo 1: «La traductora de árabe», y Tomo 2: «Nací para amarte». El volumen único original está descatalogado y ya no se ofrece en ninguna versión.
RESUMEN
Adolfo Monteverde es un escritor enamorado de Selene Zamorano, a la que nunca le declaró su amor y cuya relación de amistad terminó mal por causas fortuitas. Unos años más tarde se encuentran en la editorial que publica la última novela de Adolfo, donde ella trabaja como traductora y cuya editora ejecutiva mantienen una relación con él.
Adolfo decide hacer un largo crucero de un mes por el Mediterráneo y luego viajar a Marrakech. Selene tiene que acompañarlo como su asistente y traductora al árabe de su próxima novela. Planificando el viaje, ella conoce a Dalila Benkarim, una marroquí gerente general de la red internacional de agencias de viajes La Menara, con la que gestiona el crucero, la posterior estadía en Marrakech y algunas excursiones. Entablan una buena amistad y Dalila los invita a ser sus huéspedes allí.
Durante los días de viaje en el buque compartiendo la misma suite dúplex, y a medida que van descubriendo sus intereses y gustos comunes por la música. la convivencia se va haciendo más íntima entre Selene y Adolfo. Van desapareciendo también la actitud lejana de Adolfo y la defensiva de Selene por temor al posible rechazo por parte de él. La intromisión de Donatella, decidida aristócrata italiana que se interesa por Adolfo, termina por lograr que Selene se dé cuenta de cuánto lo ama y de que ahora tiene que luchar por su amor.
En el crucero viaja un grupo de la familia Benkarim, compuesto por una hermana y varios familiares de Dalila. Adolfo y Selene establecen muy buena relación con ellos y sus niños. Son descendientes de Isham Aymad ben Fahim y Soraya Catarina bint Kiran, unos pianistas y cantantes de ópera que fueron asesinados en 1932, a quienes ellos veneran y denominan el Gran Abuelo y la Gran Abuela.
En su lecho de muerte, Isham anunció que el día en que la luna en el cielo y la luna en la tierra contemplaran sus rostros juntos en la menara y cantaran la canción del alba, él y su amada esposa regresarían para seguir cantando juntos.