Rosalía llega a vivir a una casa que se cae a pedazos. Un fantasma, una maldición, dicen en el pueblo, se pasea entre los muros húmedos de La casa grande. Uriel, el marido de Rosalía, no cree en tonterías, solo en los secretos que han de guardarse entre cuatro paredes. Su primera esposa está muerta, no permitirá que Rosalía le siga los pasos.