Lys odia su nueva casa. Es enorme, está vacía y tiene un sótano en el que seguro que hay fantasmas. También odia a sus dos hermanas, así que, como cualquier cosa es mejor que soportarlas, decide armarse de valor para explorar el sótano. Así comienza una nada terrorífica aventura llena de sábanas, cadenas que se arrastran y espectros que flotan a un palmo del suelo.