Héroe o Bestia es el juego virtual de moda en todo el mundo; la población está poseída por el ansia de jugar en la nueva dimensión; en la Tierra solo repostamos...
En el episodio de hoy:
Michael Steinberg es un abuelete simpático a punto de jubilarse. Gracias a sus nietos descubre el mundo de HOB y se queda prendado desde el primer momento; aquello nada tiene que ver con "Play" con la que solía jugar de joven. Esto es algo mucho más real, más vívido y emocionante como nunca antes había experimentado. Harto de que lo eliminen una vez tras otra por su inexperiencia en el mundo virtual, decide probar con un personaje de nivel alto que lo saque de su estancamiento.
En el foro de Héroe o Bestia descubre un personaje a su medida, Bogg, el Ogro-sapiens, una feroz Bestia que aplasta a sus enemigos con furia despiadada y un hambre voraz que le empuja a devorar cuanto se cruza en su camino, humanos incluidos. Tras visualizar el potente "Preview" que ofrece la compañía intuye que ése es el personaje que andaba buscando, pero para no equivocarse, decide realizar un salto en Modo Pasivo, que permite experimentar en primera persona todas las emociones y sentimientos del ogro.
El dicharachero abuelete se mete en la piel del personaje para experimentar una vivencia sin igual, en la que siente toda la brutalidad del Ogro-sapiens, aunque también vive sucesos agradables. Aunque Bogg es una Bestia, está destinado a ser un Héroe.
A la vuelta de Hob herr Steinberg está decidido: comprará a Bogg, el Ogro-sapiens, con su prejubilación...
Nota: en el Modo Pasivo el lector tendrá la oportunidad de experimentar las mismas emociones que el jugador; el narrador detalla la aventura en segunda persona, a la manera de los Libros Juegos que leíamos de pequeños para que la experiencia sea completamente interactiva.
Fragmento:
"...Allí la descubriste, temblorosa y asustada, apestando a orines y heces. Su diminuto cuerpo
estaba hecho un ovillo, con la cabeza de cabellos rizados entre las rodillas, en la buhardilla,
debajo de un montón de estandartes desvencijados y capas raídas. Tu enorme cuerpo no podía
meterse ahí, pero alargaste el brazo sin problemas y la agarraste como se atrapa a un pichón, de
un zarpazo, súbito y silencioso. Tu respiración te delataba, entrecortada y jadeante, retumbando
por las paredes de madera, lo que consiguió que la niña se apretujara más en su escondite y se
tapara los oídos como si en ello le fuera la vida. Su instinto no se equivocada al protegerla del
monstruo, que en otras circunstancias habría hecho honor a su horripilante fama.
Pero no así, Bogg, el Ogro-sapiens, cuya única intención era devolverla junto a sus familiares y
restituir el honor para los de tu especie. La alzaste y la acercaste a tu cara para contemplarla de
cerca, era la primera vez que tenías en tus manos una humana tan pequeña, delicada e inofensiva.
No sabiendo cómo cogerla sin partirle el espinazo, te preguntaste cómo sabría, si sería un dulce
aperitivo, aunque desterraste en seguida la idea.
-¡Hombre del Saco no me comas, por favor, prometo que no volveré a portarme mal!- te rogó,
sollozando lastimera, con una aguda y prístina vocecita, al tiempo que se restregaba los ojos
anegados en lágrimas con sus puños en miniatura.
-¡Ja, ja, ja!- soltaste una carcajada ruidosa que agitó su blonda cabellera como un vendaval. La
niña, lívida de espanto, abrió los ojos como platos y se quedó paralizada por el miedo-. Tranquila,
pequeño retoño sapiens, no te voy a hacer daño- la consolaste sin éxito. Un líquido tibio mojó tu
gruesa mano y chorreó por el antebrazo.
-Mis hermanos me han dicho que vendrías y me comerías porque me porto mal y desobedezco a
mis padres- se justificó ella, un poco más tranquila al ver tu sonrisa divertida y tu gesto amable.-
Te vi por la ventana y creí que era cierto lo que decían, así que me escondí. ¿De verdad que no vas
a comerme?
Volviste a reír mientras la sacabas al exterior, donde ya se habían agrupado varios guardias,
que te urgían a soltarla y dejarla en tierra.
-Dile a tus papás que Bogg es bueno y no se come a los niños, solo a los hombres malos que
matan a otros hombres-. Te aseguraste que tu vozarrón fuera escuchado por todos.
Y la soltaste, regalándole una sincera sonrisa. No entendías muy bien qué clase de extraños
sentimientos de ternura se habían despertado en ti al contemplar su rostro jalonado por regueros
salinos. Ella te miró por ultima vez y te sacó la lengua en muestra de amistad, antes de correr a
resguardarse tras la seguridad del guardia que le extendía la mano"...
No baja el ritmo de los anteriores episodios, además en éste las bases del juego están muy bien aclaradas. El protagonista es un personaje divertido tanto en la tierra como en HOB. Muy innovadora, a m... Más