La Biblia es uno de los tesoros de la humanidad, sobre todo bien contada. Es un valioso compendio de historia (no siempre verídica), de cultura y de fe de una gran parte del mundo. También hay crímenes, grandes, pero, atención, algunas veces no fueron reales sino imaginados.
No es conocida. Mejor dicho: se conoce mal. Los profesionales de la religión se la han sentido siempre muy «suya», no siempre la han entendido lo suficientemente bien, y muy a menudo la han explicado de manera deficiente. Comunican a la gente fragmentos y frases que, al no explicarse bien, no son entendidas, causan confusión y son rechazadas.
Ha llegado la hora (o ya debería hacer mucho tiempo) de que nos deshagamos de autoridades y dependencias, y de que nos atrevamos a explicar a la gente la verdad sin rodeos.
Quisiera colaborar en esta tarea, en el ámbito que me sea posible, mientras aún tenga vida. Pienso que este libro puede ser una buena ocasión para ello.
Deseo que quien quiera leerlo, al terminarlo se sienta mucho más libre que antes.
Antoni Ferret