8 enero
Allí enfrente de mi ventana, sentado en un rincón, es donde suele escribir poemas en prosa un vecino; de trato afable cuando sube y baja por la escalera, pero tan desalmado como los ayudantes que le rodean cuando escribe, de cinco a ocho de la tarde.
De momento, será mejor no entrar en pormenores y dejar a un lado las muecas ofensivas que me hacen sus ayudantes, abriendo y cerrando la ventana, obedeciendo sin duda órdenes suyas.