Escrita a raíz de la muerte de su pareja a finales de 2019, esta obra relata, como si se tratara de un dietario lírico, el día a día del superviviente. Al aislamiento que conlleva el duelo por la pérdida de la amada, pronto se añade el del obligado confinamiento por la pandemia. Doblemente encerrado (en sí mismo y en su propia casa), el poeta elabora el dolor de la mejor manera que puede y sabe: a través de la escritura. No se trata de un libro de autoayuda, pero es verdad que estos textos evidencian el poder terapéutico de la escritura.