Después de que en el mundo se haya aceptado a los robots como iguales a los humanos, en Marte y Titán, los androides enviados por Amy siguen con la misión encomendada, una misión que no es la que los humanos creen.
Por su parte, la Alba continúa su camino a Teegarden con hostilidades entre la nave y su capitana, Raylee. Dos inteligencias artificiales que miden sus fuerzas y juegan sus bazas para sacar adelante sus objetivos.
Los robots libres, encabezados por Rush, siguen aumentando en número y cuestionándose su existencia.
Tras un cambio de líder, las Comunidades de Batalla retoman sus principios y deciden volver a una lucha activa, no solo contra los androides sino contra todo aquel que los apoye.
Mientras tanto, aunque ni sus amigos saben si al haberse unido a Amy se puede seguir confiando en él, David, con una capacidad de procesamiento inimaginable y de actuación algo menor de lo que desearía, sigue con lo comenzado por Amy y trabaja en avances sin olvidarse nunca de su lado humano y de sus amigos.