LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Nueva entrega de las aventuras de esta peculiar cimmeria con la que el autor parece recorrer sus recuerdos tebeísticos y literarios acerca de la era hiboria, pues encontramos el relato trufado de refe...
Nueva entrega de las aventuras de esta peculiar cimmeria con la que el autor parece recorrer sus recuerdos tebeísticos y literarios acerca de la era hiboria, pues encontramos el relato trufado de referencias que los seguidores de Howard y sus continuadores no tendrán problema en situar, como pueden ser la aparición del culto de Asura o las referencias a los aventureros nemedios.
El estilo sigue, como en relatos anteriores, las directrices del pulp más ágil y directo. Ninguna sorpresa por esta parte.
En el plano argumental, sin embargo, me sorprendió gratamente la huida de la "pistola de Chekov" en la trama principal: sin ser algo novedoso y totalmente sorprendente, sí que juega con las expectativas del lector (al menos, jugó con las mías) acerca de lo que está pasando, cuál es la auténtica amenaza (no intentéis adivinarlo: hay algo de trampa, ya que no es un relato detectivesco y casi no deja pistas que apunten a la resolución) y en qué bando o cómo militarán los pocos secundarios prominentes.
También juega a favor de la historia la manera en la que el autor consigue meternos en situación, aunque sea mediante sutiles juegos de referencias (esa nemedia "romana", ya no sabría decir si más deudora de Howard o de "La espada salvaje de Conan", por ejemplo) para recrear el ambiente justo en los detalles que necesita la historia, ni más ni menos.
Y eso puede llevarnos, quizás, a la mayor flaqueza que le encuentro a este relato: la falta de detalles, por darlos como sobreentendidos, que presenta la escena final en Belverus. Una escena que, desde mi punto de vista, hubiera ganado con alguna página más que permitiese desarrollar la descripción y las acciones de los diferentes personajes. Aunque es verdad que dice el refrán que "lo bueno, si breve, dos veces bueno", y la concisión es marca de la casa del género pulp, me quedo con las ganas de ver con detalle las andanzas de Collwen por esa casa de los horrores que es el escenario final. Un final que, por otro lado, tiene los ingredientes adecuados de tragedia y desesperación para recordarnos que estamos leyendo un relato de espada y brujería, no uno de fantasía épica.
En resumen, que le sigo dando un aprobado con nota a esta serie de relatos que me siguen recordando al Conan de Howard, al que homenajean abiertamente al mismo tiempo que evitan caer en la repetición y el pastiche más descarado.
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