La historia que se relata en Aguja y palabras es cruda como la vida misma y todo lo que esto conlleva, no en vano habla sobre temas que nos afectan a todos directa o indirectamente, pero también logra ser una historia de gran belleza por la carga de sentimientos que transmite y la forma de expresarlos que tiene la autora.
Sin embargo, el uso indistinto de verbos en presente y en pasado durante la narración de una misma escena o período de la historia interrumpe la lectura en varias ocasiones.