"Mi idea nunca fue segmentar un guión de clase en versos. Más bien fue construir pequeños espacios de juego, laberintos lúdicos donde el lector, sin más pista que un título ‒oportunamente olvidado en un bolsillo‒ pudiera pasear sin preocuparse demasiado por el huevo lingüístico que lo aguarda escondido bajo una metáfora".
"A quienes aman la poesía y la lingüística.
A quienes gustan de la poesía y creen odiar la lingüística.
A quienes gustan de la lingüística y creen no entender la poesía.
A mis alumnos."