Es verano. Es otoño. Es invierno. Es primavera. Es verano de nuevo.
El tiempo es relativo.
El amor bien podría serlo también.
Sin embargo, mientras uno debe pensarse, el otro... sentirse.
Al principio pensaba que era una historia de amor normal, pero es todo lo contrario. El giro que da la autora hace que la historia sea mil veces más interesante.