Penélope es símbolo de fidelidad y abnegación, es la esposa leal y paciente que en ausencia del hombre amado deja su vida en suspenso. A ella pertenecen el tiempo estático de la espera y el espacio periférico del oikos, donde el viaje es un vehículo de fantasía que vive solo en su imaginación. Sin embargo, para las muchas penélopes de la historia el telar es un tejedor de sueños, un medio para subvertir las tramas patriarcales y rechazar la inmovilidad. El viaje se convierte así en un lugar de recopilación de testimonios de las mujeres. La transposición de sus experiencias a la escritura representa el comienzo de su proceso de emancipación, símbolo de la conquista de su propia identidad y creatividad. En contacto con la diferencia, la mujer adquiere más conciencia de sí misma y despierta su nomadismo intrínseco que llevará a la construcción de nuevos lenguajes, discursos y perspectivas sobre la literatura de viaje.