El mago no tenía amigos pero todos le conocían y querían, era un hombre extraño, callado y al mismo tiempo amable con todo el mundo, no tenía nombre conocido y nadie sabía de dónde era ni cuántos años tenía. Solo tenía un compañero, un precioso caballo blanco que era admirado por todos los que lo veían, aunque se rumoreaba que en realidad era un unicornio que había perdido su cuerno en un experimento del mago.
Lo que más le gustaba al mago era naturalmente hacer magia...