Matar a un dios promete ser el origen de Zheera (de Las Tres Hijas del Rey, historia a la que tengo unas ganas increíbles) pero en realidad debería ser la historia de Zheera pero también de Varne (sobre todo de Varne), de los Galgos y de la memoria.
Sin destripar mucho del relato os recomendaré que lo leáis en primer lugar por la belleza con la que está escrito, cada frase es preciosa y encaja a la perfección con el resto; en segundo lugar por la pequeña ventanita que abre al mundo de Las Tres Hijas del Rey, pero en tercer lugar y muy importante por el giro que da a todo el concepto de "mi misión es matar a un dios". El dios no es metafórico (o eso parece, a lo mejor luego la novela nos da alguna sorpresa) y por tanto las consecuencias que tiene tampoco lo son. Caen como una losa sobre Verne y Zheera y, por tanto, sobre toda la manada de los Galgos.
En solo unas páginas la autora logra que les cojas cariño, que quieras saber más de la misión que acaba de completar, y sobre todo que sufras por ellos tanto como Zheera lo hace y tanto como otros personajes no.
No voy a decir más para no hacer spoilers pero leedlo, no os arrepentiréis.