Recuerda que solo los cobardes mueren, heridos por la espalda mientras huyen. A los guerreros, como tú y como yo, nos aguarda el Valhalla.
Poco sabía Einar a lo que habría de enfrentase por haber traspasado los límites del campamento impuestos por el jarl; sin embargo, no estaba dispuesto a morir sin luchar. No temía a los celtas.
Bueno, tal vez a uno solo: a aquella muchacha de cabellos flamígeros... Quizás a lo que de verdad debería temer era a su propio corazón.