Me ha encantado.
Rodric y Muriel tienen unas personalidades tan fuertes que ninguno de los dos está dispuesto a someterse al contrario. Ese mismo hecho hace que exista una enorme atracción en cada uno de sus diálogos.
La narración me parece tan bonita y detallada, que me ha maravillado cada uno de los detalles del kilt que lleva Rodric y su forma de caminar.
Ha sido un regalo precioso de Marta, pero es que leerla siempre lo es