Cuando la poesía se condensa en la habitación, y el papel amarillo tapiz que recubre el hogar. Asomándose tras la persiana, irremediablemente; es el bosque, quién reúne pies con tierra y hojas estacionales para hacer del viaje y el confinamiento: la ocasión, el momento de escribir en diarios la voz que aqueja al cuerpo, y el enclaustre. El cuidado, y el afecto.