Este libro no es a lo que nos tiene acostumbrados José Antonio Moreno Jurado. No, no es poesía, ni son traducciones del griego, ni estudios de literatura clásicas... Expresa únicamente su manera de concebir la realidad, íntimamente; desnuda y muestra lo corroedora y sarcástica que es la vida. Indira Gandhi dijo que «el poder de cuestionar es la base de todo progreso humano», y aquí es lo que hace Moreno Jurado, cuestionar a filósofos y a la religión, con la intención de que veamos más allá de lo que nos quieren mostrar.
«No te enfades conmigo, burro mío. Si te hablo de todo esto, una y otra vez, es únicamente para que, cuando te quiten las anteojeras, puedas mirar a derecha y a izquierda sin marearte, sin tambalearte lo más mínimo. No quiero que el mundo dé vueltas en tus ojos y en tu cabeza como círculos o visiones extrañas que no esperabas. Si quieres, puedo quitarte las anteojeras yo mismo. Y, lentamente, dejándote caer sobre mis hombros, podrás ir descubriendo cuanto se ocultaba a tu lado, cuanto pasaba a tu lado sin que te dieses cuenta» (Ética a un burro, p. 134).