No cabe duda de que, por sulirismo, por el talante y por el riesgo de su expresión, por su propia arquitectura poética y por su marcado carácter tradicional, el "Himno Akáthisto", cuyo nombre significa sencillamente que se canta de pie, no sentado, constituye una de las más excelentes creaciones literarias de todo el Imperio bizantino. Junto al "Himno fúnebre" de Anastasio, es el único kontakio que ha permanecido, hasta nuestros días, en la liturgia de la Iglesia ortodoxa.
Edición bilingüe