«Recolector de sueños por naturaleza, Raúl Talavera va enlazando con sus palabras cantos al ambiente que le rodea, a las personas que han sido fundamentales en su vida, a los lugares, al juego incesante del amor. Casi nos podríamos sumergir en ese mar de Punta Umbría, donde las gaviotas le cantan a sus hermanas Ángeles y Carmela, donde pasea agarrado de la mano pidiendo ser preso del presente y del futuro. Cuántos silencios y cuántas sonrisas, cuánto embalaje para un principiante.
En la lectura de este hermoso poemario nos vemos trasladados en su viaje sin remedio. En un tren de largo recorrido, con amplias ventanas hacia los hechos más sensuales de su vida. Trasladarse a través de unos versos plenos con sus palabras óptimas es todo un lujo, que nos hace picar billete y no bajarnos hasta terminar el trayecto.
Un viaje largo, lleno de erotismo en todas sus estaciones, en sus vagones, en sus destinos. Atracciones enmascaradas, coquetería bohemia y declaración de intenciones a sus musas. Flashes de química ante miradas ajenas. Las fantasías en su sitio, poseídas por la pluma en su aleteo blanco de cisne inquieto». Rocío Escobar.