Como observa Iain McWarburg leer a H.P. Lovecraft es bucear en el universo sin luz del inconsciente colectivo, en el espectro tóxico de la suma de crisis financieras, traspasar los umbrales del Otro Mundo y mirar a la cara a las oscuras y amorfas divinidades estimulantes del geotrauma, anular temporalmente nuestros esquemas cotidianos de inversión y reactivar estructuras comerciales que de puro arcaicas nos resultan nuevas. Formado por dos relatos escritos durante con una década de diferencia, la recopilación homenajea a la mejor tradición visionaria, onírica y teleopléxica.