Caleta… detrás de un adorno o de un cuadro… Caleta… en el falso fondo del cajón… Caleta… en las esquinas inexploradas del cerebro psicotrópico de Gonzalo Del Rosario encontramos una amalgama de cuentos porno en todas sus variantes: porno-ciencia ficción, porno-horror, porno-antediluviano, porno-postapocalíptico, porno-todo, porno-sotros.
Y de esa manera desfilan no tan caletas, desde cachondas criaturas cretácicas, incestuosas familias caníbales, lagartijas intergalácticas con gusto por el sexo interespecie, amebas devora genitales, sirenas castradoras, zombis explotados por la industria porno, la última parafilia cibernética androide-robot-cyborg-humanoide; y, como cereza de postre, el eyaculatorio bromance de Jules Verde y Pink Tony que se resume en la frase: “Toda la sala olía a mierda. Quería buitrear. Qué feo es levantarse y no saber dónde chucha estás o dónde mierda ha ido a parar tu bóxer”.
El monstruo no solo es Él, eres Tú y somos Nosotros. Con mucha ganya de por medio, formemos un ciempiés humano con un enano albino a la cabeza y bailemos al son de esa canción de los dinosaurios para, finalmente, desaparecer en una explosión de fluidos.
CARLOS CARRILLO