Mi separación fue como todas, supongo. Y, como todas, mi vida cambió. Ir y venir del trabajo, y vivir por vivir se convirtió en una ley. Demasiado peso para evitar que aquella tarde la viese, y entrase en aquella tienda. Esa decisión cambió mi vida para siempre.
¿Puede un amor nacer durante un fin de semana? ¿Durante unas horas? ¿Minutos, quizás? Yo no lo creía. Tampoco creía en muchas cosas, era de aquellos que se supone son prácticos. "De los de Ver para creer". Qué gran locura. La locura que aprendí a valorar con Dasha.
Pero Dasha me demostró que la magia existe. Y que el amor puede atravesar todas las barreras del espacio, y del tiempo. Y que el amor, cuando es amor, no tiene fronteras, ni sexos, ni matices, ni peros.
Dasha me enseñó a amar, de una forma que nunca habría podido imaginar. Y el tiempo con ella marcó mi vida. Para siempre.
Esta es mi historia.