Washington. Marzo 2072.
No sé por dónde empezar. Dasha diría “por el principio, sin duda”. Y, sin duda, yo le lanzaría esa mirada que ella terminó de conocer tan bien.
Mi nombre es Adriana Aguilar, nacida en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, al norte de México, colindante con la frontera con Estados Unidos. Cuando tenía cuatro años mis padres cruzaron la frontera, y consiguieron establecerse en Nuevo México, Estados Unidos. La razón de por qué consiguieron asentarse tuvo mucho que ver conmigo, y forma parte de mi vida, y de este legado que dejo aquí escrito.
Pero, sea de una forma u otra, tengo que contar todo lo que ha sucedido en estos últimos diez años. Porque creo que debe quedar constancia de una realidad que mucha, demasiada gente ignora.
Quizás fue el deseo de mis padres de sobrevivir, de luchar, de no rendirse, lo que me hizo reflexionar, desde pequeña, sobre las ventajas y desventajas de nacer a unas pocas millas a un lado u otro de una frontera. Algo que, en definitiva, condena a unos a una vida de miseria, y, a otros, les da la oportunidad de poder vivir cómodamente, gracias al trabajo esclavo de aquellos que no tuvieron la misma suerte, y que nacieron al otro lado de esa frontera.
Fue a los cuatro años cuando alguien descubrió que yo tenía capacidades especiales para las matemáticas, la física, y la lógica. Y luego, con ocho años, comprobaron que era capaz de programar una inteligencia artificial básica en una computadora cuántica. Con catorce años ya estaba mejorando las IA de muchos sistemas en producción.
Todo ello fue el origen de lo que ha sido mi vida hasta ahora. Quizás he vivido mucho en muy poco tiempo. Quizás el destino quería que fuese así.
En todo caso, traigo este testimonio aquí hoy, para que quede constancia de unos hechos que gran parte de la humanidad no conoce, ni conocerá jamás.
Unos hechos que, sin embargo, debo explicar, porque son fundamentales para el futuro del planeta, y de la especie.
En un mundo que se acerca al caos, y en donde prácticamente nadie es consciente de una realidad que se está convirtiendo en una espada a punto de caer sobre toda la humanidad, mi misión es dejar constancia de la realidad oculta, de un grupo de hombres y mujeres, que luchan por un nuevo destino, por una nueva oportunidad para la paz...