La muerte siempre fue una obsesión para la especie humana. Desde sus orígenes, cada civilización ha buscado la manera de encontrar un camino para la inmortalidad: magia, ritos, mitos, dioses... Y, en última instancia, la ciencia, y la puerta a conseguir la inmortalidad mediante el método científico.
Una posibilidad increíble, poderosamente atractiva. Pero cuando se promulgaron las Leyes Internacionales contra la muerte, se convino que todo ser humano tenía prohibido morir del todo. Su conciencia viviría para siempre, y el Paraíso de la Eternidad se abriría, por fin, para toda la humanidad...