Tengo que decirte que mi vida ha cambiado completamente desde que nos vimos aquella noche mágica. Sí, sé que suena a tópico, a lo de siempre. Sé que estuve casado antes, y que mi vida fue un completo tedio, más aburrido que encender la televisión esperando que algo, o alguien, te cambie la vida de algún modo.
Pero tu aparición logró eso, y mucho más. Aquel viernes mágico, riendo, hablando, mirando las estrellas con mi viejo telescopio, y jugando con las olas del mar, comprendí que la magia no es esperar que ocurra un milagro; la magia es dejarse llevar por el milagro de tu mirada azul y limpia, como el mar que besaste aquella noche.
Esta noche te esperaré otra vez. Te esperaré al anochecer. Porque quiero volver a compartir contigo las estrellas. La vida comienza para muchos cuando sale el Sol. Para mí empieza cuando se pone. Porque es entonces, y solo entonces, cuando siento que estás cerca. Vuelve. Seamos, de nuevo, un corazón en busca de estrellas...